Sacando el veneno que entró en tí, por medio de La Oración

El Poder de la Oración sin duda alguna mueve el corazón De Dios de una manera sobrenatural.

Cuando decidimos acercarnos a Él, estoy segura de que sus oídos están atentos a tus palabras. Lamentablemente lo buscamos, solamente cuando estamos en apuros y necesidades.

Quiero que sepas que yo he hecho lo mismo, por muchísimo tiempo. Cuando convertimos nuestro diario vivir en una rutina, sin duda alguna, Dios se vuelve alguien más en nuestras vidas y simplemente lo tomamos como alguien más a nuestro alrededor.

Que error tan grande y cuanto me arrepiento de haber sido parte de ese error. Como dije anteriormente hasta que entramos en una necesidad y un vacío enorme en nuestras vidas, es que reaccionamos.

Lo grandioso de todo es que Dios es tan grande y maravilloso que no está pendiente a nuestras fallas y errores. El está ansiosamente esperando que le hablemos. Que le busquemos, para darnos las respuestas y sobretodo hacernos sentir su amor y perdón.

En el momento que tu decides con todo tu corazón y con toda tu alma buscarle, te aseguro que Podrás sentir una transformación enorme en tu vida.

Permíteme compartir una pequeña parte de una experiencia que atravesé algunos años atrás.

Recuerdo que estaba atravesando un momento de desespero y de frustración, por lo que me encontré buscando culpables por mi situación. Así que no se me hizo muy difícil conseguir algunos candidatos.

Me preguntaba si tenía razón o no. Lo más seguro fué, que mis argumentos y pruebas me daban la razón, pero la derrota y la impotencia por la que estaba atravesando, me llevaron a entender que era necesario buscar la mejor respuesta y conseguir al mejor juez en este campo.

Mi cuerpo estaba lleno de tanto veneno, que no me dejaba dormir, ni descansar.

La intoxicación de mi cuerpo estaba muy avanzada.

Así, que mi caso ya no necesitaba de un juez sino de un cirujano que pudiera extirpar el veneno que había entrado en mi. ¿No te parece familiar mi Caso? ¿En algún momento te has sentido que tienes veneno atravesando tu alma o tu corazón?

Si te puedes relacionar con migo, entonces voy a compartir como pude conseguir a el gran cirujano y como pude recibir sanidad y respuestas para resolver mi situación.

A lo mejor no te parecerá posible, pero te puedo asegurar que un 90 por ciento de mi veneno fue extirpado. Digo un 90 por ciento ya que todos nosotros, siempre estamos en proceso de recuperación y de transformación.

Recuerdo que tuve que apartarme a mi recámara y me fui de rodillas a quejarme delante de la presencia De Dios. Éramos sólo El y yo. Podía llorar, podía gritar y estaba estaba en la espera de encontrarme con El, cara a cara. No veía el momento de poder soltar el saco de quejas que me estaba agobiando y pedirle que extirpara el veneno que me estaba atormentado.

Suena bastante atrevido, ¿VERDAD? Ahora que me siento a meditar, me parece que ciertamente fue muy atrevido de mi parte. Lo que sí sé, era que mi necesidad, se había convertido en una emergencia.

Estuve orando de rodillas y clamando a Dios por días, sin recibir una respuesta.

Yo esperaba una respuesta rápida y una sanidad instantánea, pero no fue así.

A los pocos días recibo una visita sobrenatural, que me impactó grandemente. Escuché una voz muy fuerte, como un enorme trueno que me llamó por mi nombre. La mayoría de las personas me conocen por Millie, pero la voz de trueno me llamó tres veces por mi nombre “ Mildred, Mildred, Mildred”.

Imposible que yo no conociera la voz de mi padre. Me levanté de un brinco de mi cama y le dije “ Heme aquí Señor” “Heme aquí Señor.”

En mi mente sentí que tenía que bajar a el sótano de mi casa, Nunca imaginé, que el proceso de desintoxicación, estaba comenzando. No me había equivocado.

Tan pronto bajé al sótano, El Señor me llevó de rodillas y comenzó a traer nombres, uno por uno de personas en mi pasado a las que tenía que perdonar.

Yo no entendí el porqué , si esas personas estuvieron en mi vida en la época de una niña de 5 años. No tenía sentido, pero para Dios muchas cosas no tienen sentido.

Recuerdo que comencé a repetir todos los nombres que El estaba trayendo a mi mente. Uno por uno, los repetí. Este proceso permaneció por un largo rato.

Dentro de ese proceso de limpieza espiritual, sentí que me dejó sentir que muchas de las situaciones por las que estaba pensando, no eran para culpar a nadie y muchísimo menos para buscar un culpable, si no que yo sería responsable de ahora en adelante de no permitir entrar ningún veneno en mí. En otras palabras somos nosotros los culpables de lo que consumimos. Aunque tengas la culpa de una situación o no, eres tú quien va a determinar, la forma en que vas a consumir tu alimento.

Lo que sí puedo decir, es que me levanté sana y decidida a cuidar lo que iba a consumir y a desechar la comida contaminada, para que ya no intoxique más mi cuerpo.

Así que te invito en esta jornada donde estaré compartiendo más antojitos espirituales que alimentarán tu alma.

Espero que esta experiencia sea de muchísima bendición a tu vida.

Bendiciones!

Mildred Narvaez