Sanando tu Espíritu – Serie #4 de 9
Si yo en mis propias palabras pudiera darle un significado a la palabra “paciencia”, comenzaría por decir que la paciencia es una capacidad que el ser humano desarrolla progresivamente, pero la mayoría de nosotros la perdemos constantemente. La perdemos en una fila en el supermercado. La perdemos mientras manejamos. La perdemos en el trabajo, con nuestros hijos, en fin la lista es larga.
Es importante admitir que soy yo la primera que me pregunto, ¿Cómo es que estoy escribiendo de la paciencia? si yo soy una de las primeras que la pierde de vez en cuando. Así que lo hermoso de todo esto es poder tener la oportunidad de compartir un tema que todos, incluyendo mi persona lo necesitamos.
Le pido a El Espiritu Santo que me guíe, ya que el motivo de estos “Antojitos” es hacer lo mejor posible para mejorar nuestro estilo de vida. Reconociendo que no somos perfectos, pero que eso no justifica el hecho de mejorar, ya que el propósito de todo esto es poder ser de bendición a otros.
Cuando me tomo la libertad de escribir, en ninguna manera tengo la intención de corregir a nadie, al contrario le doy gracias a Dios, ya que soy yo la primera que recibo de parte de El, cosas increíbles y solo me queda llorar y reconocer que necesito arrepentimiento y perdón de parte De Dios para continuar el nuevo día que Dios me concedió.
Habiendo aclarado este punto, permíteme compartir uno de los antojitos que sé que nos ha invadido grandemente. Este antojito de la paciencia lo debemos tomar en cuenta. Parece que si lo pensamos profundamente, podríamos pensar, “Yo no pierdo la paciencia continuamente” ó por el contrario, “Yo necesito trabajar con la paciencia por que la pierdo a cada momento” “gracioso” ¿Verdad?.
Pues bien, trataré de explicar un poquito de lo que personalmente puedo entender sobre la paciencia. Pienso que la paciencia nos guía a soportar diferentes cosas y situaciones en nuestra vida sin tener que molestarnos o alterarnos. Esto conlleva también el hecho de poder esperar con paciencia , permitiendo que pensemos antes de actuar. Deberas que es muy necesario ponerle atención a la paciencia y tratar de consumirla todos los días. Cuando consumimos paciencia, nos volvemos lentos para actuar y logramos tener tolerancia hacia las situaciones.
Por el contrario, cuando perdemos la paciencia, provocamos una enorme intoxicación en nuestro interior, porque no solo comenzamos a sentirnos consumidos por la situación, sino que esto provoca irritación, enfado, y acabamos frustrados y arrepentidos. Habrá a lo mejor quien no se arrepienta, pero si no se arrepiente termina envenenado, que para nada aprovecha.
Estamos llamados para ayudarnos unos a otros y bendecirnos unos a otros, por lo que después de esta pequeña introducción, deseo compartir algunas lecturas bíblicas que nos pueden ayudar y aclarar más sobre la paciencia, no sin antes acordarles que La Palabra De Dios es el ingrediente número uno que estaremos usando para cada receta de estos “antojitos” que bien vale la pena consumir y hacerlos parte de nuestra dieta diaria.
Tener una relación muy íntima con Dios es parte de todas las recetas que comparto en “Los Antojitos Espirituales”. Sin una relación con Dios es imposible tener resultados positivos en nuestros alimentos diarios. Es Dios quien sacia nuestra sed y llena de vida nuestro espíritu. Cristo es y será siempre la respuesta a nuestras necesidades. Si deseas paciencia no hay nada ni nadie que la tiene y la concede como Jesus. Estos versículos en referente a la paciencia serán de mucha bendición, consuelo y tómalo por favor como un regalo y promesa de parte de Jesucristo.
- Romanos 12:12 – Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración.
- 2 Pedro 3:9 – El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan.
- Colosenses 3:12 – Por lo tanto, como escogidos De Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia.
- Romanos 15:5 – Que el Dios que infunde aliento y perseverancia les conceda vivir juntos en armonía, conforme al ejemplo de Cristo Jesús.
- Salmos 30:5 – Porque sólo un instante dura su enojo, pero toda una vida su bondad. Si por la noche hay llanto, por la mañana habrá gritos de alegría.
- Salmos 5:3 – Por la mañana, Señor, escuchas mi clamor; por la mañana te presento mis ruegos, y quedo a la espera de tu respuesta.
- Isaias 30:18 – Por eso el Señor los espera, para tenerles piedad; por eso se levanta para mostrarles compasión. Porque el Señor es un Dios de justicia. ¡Dichosos todos lo que en el esperan!
- Salmos 103:8 – El Señor es clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor.
- 1 Timoteo 1:16 – Pero precisamente por eso Dios fue misericordioso conmigo, a fin de que en mí, el peor de los pecadores, pudiera Cristo Jesús mostrar su infinita bondad. Así vengo a ser ejemplo para los que, creyendo en ėl, recibirán la vida eterna.
La Palabra De Dios es vida. Cuando repasamos estos versos bíblicos tenemos que rendirnos a Dios. Es imposible quedarse sin sentir su presencia y llorar delante de Él. En momentos de desesperación y soledad pueden suceder muchas cosas. Podemos recibir pensamientos negativos y perdemos la paciencia de una espera, sin embargo debemos entender que nunca estamos solos. Dios es omnipresente, lo que quiere decir, que está cerca de ti todo el tiempo. Ciertamente no lo vez, pero de seguro sí le clamas, vas a sentir su presencia. No pierdas la paciencia y confía en Dios, tu creador.
OREMOS
- Padre, gracias por tu presencia, amor y paciencia para conmigo.
- Perdóname, si en algo te he ofendido o pude haber ofendido a otros.
- Dame sabiduría y entendimiento para poder discernir la forma en la que debo actuar con mi persona y con los demás.
- Reconozco que necesito de ti para poder controlar la paciencia y digerirla de la forma correcta.
- Acuérdame y corrígeme cuando sea necesario, para que no pierda la paciencia con los demás.
- Te amo Señor y gracias por tu hijo Jesucristo quien me redimió y trajo a mi vida, la promesa de salvación.
AMEN