“ZONA DE CONFORT”
Es nuestra costumbre diaria consumir nuestros alimentos. Sin duda alguna todos entendemos, que debemos comer para sobrevivir, por lo que los alimentos, no deben faltar en nuestra mesa.
Algunos de nosotros, tenemos un horario específico, donde a lo mejor fielmente consumimos nuestros alimentos, ya que de esta manera el cuerpo se adapta y funciona de la forma correcta para el bien de nuestra salud.
A lo mejor otros estamos muy ocupados en nuestras actividades diarias y no nos permiten mantener un horario, en orden y específico para consumir nuestros alimentos.
En mi caso, el hecho de que tuve que pasar por una cirugía muy complicada, (que pudo causar mi muerte), determinó, de que por el resto de mi vida tendría que consumir ciertos alimentos. Tengo que eliminar otros que provocan dolores y malestares insoportables, que de alguna manera me incomodan y afectan mi dieta diaria.
Mi deseo es comer y el asunto mas grave es que la comida puertorriqueña es sabrosa. Los “manjares boricuas” enloquecen a cualquiera. Pero lamentablemente no todos nos convienen.
El caso de todo esto es, que volviendo a mi dieta, deseo comer de todo, pero tengo grandes restricciones que como dije anteriormente, me causan un dolor increíble. De pronto lo disfruto, siento que llega tan bien a mi paladar, y minutos después, no resisto el dolor de mi cabeza, hombros y cuello. Es un dolor insoportable que no se lo deseo a nadie.
Ahora, en el momento que “yo” decido ser obediente y sigo las instrucciones de mi doctor, tal y específicamente, como me las dieron, me convierto en la mujer mas feliz del mundo. Siento un alivio en mi cuerpo, puedo funcionar bien. Siento una mente clara. Es muy impresionante la diferencia en comer lo indicado y consumir restricciones.
Me preguntaras, ¿y a que viene todo esto? ¿Que estas queriendo decir? Pues muy sencillo. Esto nos sucede a todos los que queremos servir a Dios. Deseamos que Dios nos use, deseamos poder servir a los demás, en fin tenemos grandes intenciones, pero al fin de todo preferimos comer lo prohibido, aunque tenga consecuencias después.
Una de las situaciones que detiene “nuestro destino” es precisamente “La Zona de Confort”. Nos sentamos a comer todo lo que nos apetece y se nos olvida lo que nos va a causar. Nos concentramos en el momento, sin medir las consecuencias.
No nos medimos en lo que hacemos, hasta que vemos las consecuencias en frente. Lo peor de todo es, que el paso más difícil es enfrentarnos día a día con estas consecuencias, pudiendo haberlas evitado de ante mano.
Este alimento de la “Zona de Confort” me estuvo atormentando por mucho tiempo. Me fue consumiendo e hizo daño a mi mente. Se vuelve una costumbre, pero te roba La Paz.
En mi caso, me hacia tantas preguntas, ya que esta zona te estanca, pero al mismo tiempo te obliga, a que de vez en cuando cuestiones tu futuro, que cuestiones tu destino o preguntarte ¿Que viene después?
No se tú, pero esta “zona de confort” se volvió un tormento en mi vida, que me causó intoxicación, ya que provocó dentro de mí un desespero incontrolable, sin saber a dónde ir y de qué manera puedo servir a Dios, de tal manera que lo complaciera a Él. En otras palabras la zona de confort, me confortó a mi, mas no se adaptó a su propósito.
La Zona de Confort, desvía la visión y el propósito De Dios en tu vida. Es muy importante reconocer y enfrentar en que “zona de confort” te encuentras y enfréntala, para que puedas ver la mano De Dios trabajar en ti, y le puedas permitir que sus manos formen “el barro” y transforme su vida a su voluntad. El médico por excelencia te dará la dieta correcta que debes seguir para que llegues a tu destino feliz y saludable.
Espero que este “antojito” de hoy te ayude y despierte en tí, el deseo de permitir a Dios que te mueva de la “zona de confort” y te prepare un nuevo asiento para alcanzar su trono celestial.
Les amo muchísimo, Bendiciones!
2 Comentarios
Indira Marrero
Amén!
antojosespirituales
Asi es, dejando la zona de confort para servirle a El. Amen